10 de agosto de 2010

Conocer las comunidades Aborigenes

COMUNIDADES ABORÍGENES
"Cuando se hablaba del desierto verde los aborígenes ya estaban aquí,
cuando era un serio problema remontar el río Pilcomayo por sus anuales correntadas de agua y limo,
ellos eran los únicos que lo navegaban libremente porque lo conocían a fondo y la chalana les respondía con voz de madera"
El conocimiento de las distintas etnias aborígenes existentes en nuestro país es abordado por instituciones u organismos que se especializan en el estudio de los aspectos culturales de estos pueblos, por lo cual no se pretende realizar ningún tipo de aporte al respecto.

Sin embargo, y aún trabajando desde hace años en el interior de las distintas provincias y en lugares con aborígenes....o.... .¿indígenas?, en ocasiones no recordamos bien cuales son sus razas, ......o.... ¿etnias?... o.... ¿comunidades? .......o.......¿asentamientos?...o........¿?.
Nuestro único objetivo es recordarnos a nosotros mismos algunos conceptos olvidados y difundir en forma sencilla la información que, probablemente sin pretenderlo, hemos relevado con el correr de los años respecto a comunidades aborígenes de distintas etnias.


Región Chaqueña
La región del Chaco nuclea hoy a la mayor cantidad de etnias del país (7); ocupan las provincias de Santa Fe, Chaco, Formosa, Salta y Jujuy.
Son Tobas, Pilagás, Mocovíes, Matacos, Chorrotes, Chulupies y Chiriguanos-Chanés que en un número aproximado a los 90.000 subsisten con sus formas de vida originarias, manteniendo los patrones comunitarios y alternando con la realidad de los contextos regionales en los cuales se asientan.
El estudio de los aborígenes de esta región conocida como Chaco Central y Chaco Austral, no puede ser entendido sino en relación con los del Chaco Boreal, en los actuales territorios de Bolivia y Paraguay.
El Chaco presenta una unidad ecológica global que a despecho de diferencias menores, dio como resultado un proceso adaptativo similar, reflejado en fuertes afinidades culturales de todos los grupos que lo habitan.
La única forma de evaluar correctamente el estado actual de las "estructuras sociales" subsistentes es teniendo en cuenta el proceso histórico que soportaron y los cambios coyunturales que se produjeron por el posterior contacto con los colonos europeos.


Aserradero abandonado en comunidad wichi
En efecto, el proceso de integración y desintegración de estos grupos estuvo relacionado con las consecuencias de las campañas militares,
la acción evangelizadora, la adquisición del caballo (horse compIex) y el grado de desarrollo de colonias europeas en cada región,
todos estos elementos marcaron ritmos distintos en el tipo y grado de aculturación,
sin embargo, las etnias más arraigadas a sus creencias no han modificado mayormente su respuesta aún ante tales signos del progreso,
la mayoría de las comunidades aborígenes de nuestro territorio son recolectoras y cazadoras; son muy pocas las que cultivan la tierra como forma de adquirir alimentos,
esta característica las diferencia del modelo de sociedad civilizada en donde la generación de recursos es la forma de subsistencia,
los insumos básicos no constituyen un motivo de preocupación porque los consideran parte integrante de la naturaleza y como tales inagotables,



Los aborígenes no comprenden la idea de algo que pueda modificarla o alterar su desarrollo, pues él posee el mismo valor que todas aquellas otras partes con las que convive.
Así, paulatinamente los alambrados fueron cerrando el paso para recolectar, cazar y pescar, a la vez que los limitaba en sus tierras, llevando en algunas zonas a la desaparición de las etnias.
En las comunidades aborígenes la distribución de los bienes se diferencia según el grado de parentesco, la edad, el sexo y la distancia que separe a un pariente de otro, pero nadie de la comunidad queda excluido, salvo por situaciones tradicionales sumamente graves; los ancianos son los referentes de consulta permanente en todas las decisiones a tomar.
Las cualidades del líder, o comúnmente conocido como cacique, se convierten en relevantes sólo en la relación del grupo hacia "el afuera". Los grandes líderes de los diferentes pueblos que conocemos fueron siempre guerreros.
Su autoridad se determinaba atendiendo a su capacidad para mantener a salvo a su grupo frente a las amenazas externas, como invasiones de otras tribus, las enfermedades y la falta de alimentos.
Las comunidades aborígenes poseen una gran capacidad para vivir bajo condiciones sobreimpuestas, sin que se produzca una gran pérdida de su identidad, desenvolviéndose de una manera mucho más dinámica de lo que se cree habitualmente.
Distribución de etnias aborígenes en el país

PILAGÁS
Los pilagá pertenecen al grupo lingüístico Guaycurú, son alrededor de 5.000 aborígenes. Viven en la provincia del Chaco y Formosa.
En esta última, junto a las otras dos etnias de la provincia, han comenzado un proceso de organización para la recuperación de tierras.
Varias comunidades tienen el título de propiedad de sus tierras. Algunas comunidades están alambrando para delimitar el terreno y hacer respetar sus derechos.
Forman comunidades, sobre todo en zonas rurales, con sus líderes tradicionales y el reconocimiento de la comunidad.
Las organizaciones son reconocidas jurídicamente como asociaciones civiles o comunitarias, lo que les permite gestionar los títulos de propiedad de la tierra en forma comunitaria, según lo manifestado en la Ley Provincial Integral Nº 426 de la provincia de Formosa.
Las organizaciones se fueron consolidando y formaron, a nivel intercomunitario, la Intercomisión Pilagá.
Esta organización sirve como espacio de reflexión conjunta, intercambio y capacitación donde se discuten los problemas comunes como zona, etnia y sus posibles soluciones.
Además funciona como canal de acción entre las diferentes comunidades y de experiencias conjuntas.
Un ejemplo de acción de la Intercomisión fue la elaboración y presentación de propuestas de artículos específicos en la modificación de la Constitución de Formosa.
Viven de sus trabajos como hacheros, cosecheros y del trueque o venta de sus artesanías.
Las comunidades que ya tienen la seguridad de la tierra han comenzado un proceso de ocupación efectiva de las mismas a través del desarrollo de diferentes alternativas económico-productivas: agricultura, ganadería mayor y menor, aprovechamiento de los frutos del monte, etc.
Han sufrido como todas las etnias el proceso de aculturación impuesto por la sociedad dominante.
Realizan tejidos de fibra de chaguar, tallas de madera, palo santo y canastos de carandillo (tipo de palmera).
Hablan su lengua, y en algunas escuelas se están instrumentando experiencias de educación bilingüe y bicultural.
En la actualidad hay un fuerte resurgir de los valores culturales.

Madre Pilagá.

Las mujeres y los niños son los encargados de buscar el agua.
TOBAS

Niños Tobas Del guaraní :"frente"; esta denominación se asocia a la de los "frentones" conferida por los españoles por la costumbre de los guaykurues de raparse la frente ante la muerte de un familiar, o Kom'lek, ocupaban principalmente la provincia del Chaco y en mucho menor medida Formosa y Salta.
Constituyen comunidades rurales o urbanas con sus líderes tradicionales o comisiones vecinales, asociaciones comunitarias, cuyos miembros son elegidos por la comunidad.
Son alrededor de 50.000 asentados sobre tierras fiscales, pertenecientes a algunas misiones religiosas y barrios en la periferia de los centros urbanos (ejemplo: barrio toba de Resistencia)
Participan, junto a los campesinos, en la Unión de Pequeños Productores Chaqueños, y mediante ésta también se tiene presencia en una organización a nivel regional.
Los asentados en comunidades rurales continúan con las prácticas tradicionales de caza, recolección, pesca y agricultura (algodón, maíz, mandioca, porotos), cultivan la tierra en pequeñas parcelas, son peones temporarios en los algodonales, obrajes, aserraderos, hornos de ladrillos y carbón o empleados municipales en los pueblos.
Las artesanías tradicionales se mantienen (cerámica, tallado, cestería,y tejidos) constituyendo, aunque magra, una constante fuente de ingresos. En la ciudad de Quitilipi (Chaco) se realiza anualmente una Feria de Artesanía Aborigen, a la que concurren representantes de toda la provincia.


Artesano trabajando sobre madera.
En general, para todas las etnias, la infraestructura sanitaria de los asentamientos es prácticamente nula; tal situación se ve agravada por la falta de profesionales "que entiendan" sobre las peculiaridades de sus culturas , lo que provoca continuos choques y fricciones.
Se registra una alta tasa de tuberculosis y enfermedades gastrointestinales.
En Formosa se calculaba, hacia fines de 1993, que un 45% de la población aborigen (de la cual los tobas son un 30 %) se encontraba afectada por tuberculosis pulmonar y un 35% de sífilis o venéreas, siendo numerosos los casos en que la misma persona sufra de las dos enfermedades al mismo tiempo.También se registran casos de Chagas, parasitosis y anemia.
El Chamanismo toba, a cargo de los llamados "piogonak, sigue vigente, y es tan fuerte su presencia como pocos son los médicos y/o enfermeros que llegan hasta las comunidades.
En cuanto a la educación escolar, el porcentaje de ausentismo y deserción es elevado, pudiendo mencionarse entre las causas principales las migraciones estacionales, la falta de escuelas bilingües y los programas no adaptados a la realidad aborigen.
Asentamiento Toba en los alrededores de Pampa del Indio, Chaco.





WICHIS
Los wichi (llamados en forma despectiva matacos) son aproximandamente unas 80.000 personas. Junto con los chulupíes (unas 1.200 personas) y los chorotes (unos 900) forman la familia de los Mataco-Mataguayo.
Viven en Salta, Formosa y Chaco, en Argentina. También en Bolivia y Paraguay.
Es pueblo del monte aunque ocupan las periferias de los pueblos como Ingeniero Juárez y Las Lomitas en Formosa, o Los Blancos y Embarcación, en Salta.
Hoy ocupan tierras marginales, montes deteriorados debido a la tala indiscriminada de árboles y a la instalación de petroleras que ocasionan la pérdida de la fauna autóctona.
En Formosa, las comunidades del oeste recuperaron, en gran parte, el reconocimiento legal de las tierras que ocupan.
Viven en comunidades situadas en las cercanías de poblados blancos, en medio del monte o sobre la ribera del Pilcomayo y Bermejo, con líderes tradicionales y elegidos por la comunidad.
Comparten con otras etnias el resurgimiento de la organización de la lucha por al tierra. Participan con sus representantes en el espacio reconocido por las leyes del aborigen.
Muchos aún practican la recolección de frutos y miel del monte, cazan y pescan.
Otros trabajan en obrajes madereros, en desmontes o son cosecheros temporarios en campos ajenos. Tallan la madera del palo santo, tejen con fibras de chaguar y hacen una utilitaria alfarería que venden también.
Las enfermedades que diezman a las comunidades, como al resto de sus hermanos son la tuberculosis, desnutrición, Chagas, venéreas, brucelosis, se ven incrementadas por la descompensada dieta alimenticia basada en maíz, zapallo, carne de cabríos y pescado, fruta y casi nada de verdura. Algunos fueron víctimas del cólera.
Se estima que sobre el total de 17.800 habitantes de origen mataco-mataguayo el analfabetismo asciende al 40% señalándose como causas de deserción escolar la carencia de establecimientos escolares, traslados de grupos familiares por razones laborales, situaciones conflictivas con los docentes, etc.
La mayoría tiene arraigadas costumbres de vida con dependencia plena de la naturaleza y aún conservan elementos de su rica cosmovisión, su lengua y curaciones naturales, entre otras cosas

Caserío wichi.

MOCOVÍES
Los mocovíes pertenecen al grupo Guaycurú, junto con los tobas y pilagá. Son aproximadamente 7.300 personas.
Viven en la provincia de Santa Fe y sur de Chaco. No poseen tierras. Viven en caminos abandonados, en campos trabajando como peones, y en los barrios periféricos de las ciudades.
La pérdida de la tierra trajo aparejado la destrucción de su antigua organización. Muchos viven dispersos y otros conforman comunidades con identidad propia en la periferia de las ciudades o en las zonas rurales. Actualmente se están organizando en ambas provincias junto con otras etnias.
La economía es de subsistencia. Trabajan de peones rurales, hacheros, cosecheros, empleados en aserraderos o municipios.
Los que cuentan con una tierra realizan mimicultivos de algodón, hortalizas, maíz, etc. Algunos hacen artesanías venden o cambian por alimentos, ropa, etc. Carecen de protección laboral y social.
A pesar de la aculturación se identifican como mocovíes con sus formas de ser, pensar y hacer. Muchos hablan su idioma aún, y actualmente hay un fuerte movimiento de recuperación cultural.

CHIRIGUANOS- CHANE
Existen unos 21.000 Chiriguanos y 1400 Chanés, aproximadamente en Argentina. Ambos son de origen amazónico. Los primeros Guaraníes y los segundos, Arawuak
Las que habitan son fiscales o de las misiones franciscanas. Viven en las provincias de Salta y Jujuy. También habitan en Bolivia y Paraguay.
En una época lejana los Chiriguanos sometieron a los Chané. Actualmente se toman a ambos grupos como una comunidad cultural, aunque se distinguen entre sí por la lengua y ocupan aldeas distintas.
Algunos viven dispersos en los cinturones de las ciudades, otros en comunidades. En Salta cuentan con la Ley Provincial del Aborigen sancionada en el año 1987.
Tradicionalmente son agricultores de maíz, zapallo y porotos, pocos pueden vivir actualmente de la tierra, porque no la tienen. Subsisten de sus trabajos en los ingenios azucareros, obrajes, aserraderos, municipios. Son cosecheros golondrinas: desde la Zafra del norte van a la vendimia cuyana, llegándose a Río Negro y Neuquén para la cosecha de la manzana.
Mantiene su identidad y parte del patrimonio cultural. Aún algunos efectúan convites con Kanwi (chicha) o el ritual del arete, cultan a su I`payé (curandero) y siguen siendo alegres y hospitalarios.
Hablan su lengua y realizan artesanías tradicionales, máscaras y cerámicas (chané) y cestería (chiriguana)

CHOROTES - CHULUPÍES
Son un total de 3000 individuos, distribuidos sobre el Pilcomayo, centro y norte de Formosa y en los alrededores de Tartagal en Salta.
Todos practican la caza, la pesca y la recolección de frutos y producen algunas artesanías
La gran mayoría vive arrinconados y rodeados por sus propios hermanos, en una posición desventajosa en donde seguramente el número tiene mucho que ver.
El índice de analfabetismo es elevado al igual que los enfermos de tuberculosis pulmonar, diarreas, parasitosis, venéreas, etc.
Panorama Formoseño

Los problemas surgidos con el proceso destructivo de colonización que los aborígenes sufrieron y tienen que sufrir hoy en día son muy variados.
La fuente de caza y recolección tradicional, el monte, se ha depredado, por lo cual resulta imposible asegurar el sustento diario basándose exclusivamente en las actividades tradicionales conocidas.
La continua confrontación con los no indígenas, sobre todo a través de la escuela, ha destruido en gran parte las formas de vida tradicionales, con ciertos grados de diferencia.
De este proceso destructivo, cuyo desarrollo no ha concluido aún, han surgido nuevos problemas, cuya solución intentan hallar los recolectores y cazadores, basándose en la recuperación de sus valores culturales y en el reconocimiento por parte de las autoridades de ciertos derechos, hasta hace pocos años impensados.
Wichis, pilagás y tobas han estado y están en Formosa. Casi noventa comunidades resumen toda una historia que aún no ha sido contada y que sigue esperando su t¡empo. Mientras tanto poco a poco y de acuerdo con la situación de cada comunidad y con sus relaciones con el blanco, el aborigen va transformándose e incorporando el otro mundo al suyo propio.



Primero hubo que asumir los aspectos legales planteados y después llegó la Ley Integral del Aborigen, un planteo reivindicatorio y un permanente recordatorio al hombre blanco de que el aborigen existe y que es diferente. Más tarde fue la educación y en muchas comunidades el mejoramiento de servicios.El Instituto de Comunidades Aborígenes que es dirigido por un presidente y por los directores de etnias, quienes son elegidos por sus pares, atiende la problemática relativa a cuestiones sanitarias, de bienestar social, productivas, artesanales y muchas más.
La voz y e! trabajo del aborigen se hicieron sentir siempre. Desde el cultivo en la chacra, el manejo de las redes de pesca, la dura jornada del aserradero y en la tarea silenciosa de los artesanos, ellos han colaborado siempre con su sistema tradicional de economía que indica que no han dejado de ser un pueblo cazador-recolector.
Los aborígenes no han perdido la voz de sus mayores pero ahora saben que el conocimiento es lo que da autoridad. Es probable que ya no invoquen a sus antiguos dioses para renovar sus fuerzas, pero no pueden dejar de pensar que en algún momento llegará Lasagué, el viento de agosto, que como siempre sacudirá las plantas y a los hombres avisándoles que se preparen para el nuevo tiempo de la primavera.
Cuando los códigos y el idioma son comunes la cultura se expande con más facilidad y rápidamente caracteriza a todo un pueblo, pero cuando no es así surgen los fracasos propios de la falta de entendimiento entre los hombres.
En la década de los años 70 nacieron en la provincia las primeras experiencias de enseñanza de la modalidad aborigen, a raíz de las necesidades de comunicación de algunos maestros y ante las dificultades que mostraba la mayoría de los niños aborígenes escolares en las escuelas comunes. Esas prácticas fueron institucionalizadas por el Estado provincial en la década del 80 dentro de un régimen especial, mediante un proyecto de reforma de la currícula escolar por el cual se comenzó a formar a auxiliares aborígenes y se trabajó con firmeza en la capacitación de los docentes.



Actualmente casi ochenta escuelas atienden las pautas culturales de las etnias que corresponden en cada uno de los casos. En ellas los maestros formoseños siguen enseñando y también aprendiendo con sus alumnos.
El crecimiento llegó en 1985 con la apertura de cuatro Centros Educativos de Nivel Medio ubicados en Formosa, El Potrillo, Ingeniero juárez y General Mosconi, a los que se imprimió una respuesta diferente según las necesidades de cada comunidad y a la vez se ofrecieron propuestas a una juventud que necesitaba ser atendida con justeza, en un trato igualitario para poder asumir juntos el rescate y la defensa de valores que nunca se deben perder.
Posteriormente se inauguró en Ingeniero Juárez un Instituto de Nivel Superior para preparar a profesores para la enseñanza primaria de la modalidad, toda una realidad muy esperada por los Wichis, los Pilagás y los Tobas.
LEGISLACIÓN
Formosa - Chaco - Santa Fe - Río Negro
Salta - Misiones
LA REFORMA CONSTITUCIONAL
Ser indio en Argentina siempre fue una herencia dura. Cien años atrás era motivo suficiente para ser perseguido y asesinado. Hoy, si bien la situación mejoró, los aborígenes siguen siendo los más marginados entre los marginados.
Hoy se nota una expresión más abierta y orgullosa de ser "indio" dentro de la sociedad. Se van organizando como pueblos olvidados y discriminados que luchan por sus derechos y la tierra.
Y en esta lucha, la sanción de las leyes que garantizaran el acceso a la tierra, al reconocimiento de la presencia étnica y cultural de pueblos indígenas, el derecho a la educación, a hablar su lengua materna y otras cuestiones socioeconómicas fueron y son importantes.
El primer paso desde el monte formoseño
La primera ley fue promulgada en Formosa, con una gran población aborigen, y su elaboración tuvo un gran protagonismo indígena.
En 1984 se crea una comisión conocida como "de los veintiuno", siete representantes por cada una de las tres etnias aborígenes (pilagá, toba y wichi) de la provincia. Estos se proponen consultar a todas las comunidades de sus etnias sobre la tierra, la cultura, la educación, la salud, etc. con la finalidad de insertar el pensamiento aborigen de una ley.



Este proceso culmina con una gran movilización a la ciudad de Formosa para la representación al Poder Legislativo del proyecto de Ley Integral Aborigen conjuntamente con el Poder Ejecutivo.
Esta ley se aprueba con el Nº 426 que otorga reconocimiento jurídico a las organizaciones aborígenes como asociaciones civiles, y con ella, la posibilidad de recuperar la tierra como "reparación histórica". También con esta ley se crea el ICA, el Instituto de Comunidades Aborígenes, de carácter gubernamental para operativizar las cuestiones indígenas relacionadas con la nueva legislación.
Movilización para una ley
Después, en la provincia del Chaco, se vive un proceso similar. A través de una convocatoria, impulsada por las Organizaciones no Gubernamentales, se reúnen en la ciudad de Presidente Roque Sáenz Peña dirigentes de todas las comunidades del Chaco y de las diferentes etnias junto con representantes de todas las instituciones que los acompañan.
Se conforma una comisión llamada "de los seis", dos representantes de cada etnia (mocoví, toba y wichi) que debían llevar adelante las gestiones para la sanción de una ley provincial del aborigen.
Finalmente, en mayo de 1987, se realiza una movilización aborigen en la ciudad de Resistencia para reclamar la sanción de la ley, la que finalmente se sanciona en ese mismo año. También aquí la ley contempla la creación de un organismo gubernamental, el IDACH, el Instituto del Aborigen Chaqueño y la posibilidad de titularizar tierras indígenas junto al reconocimiento de otros derechos como el de la educación bilingüe y bicultural.

o Un pensamiento común: La Ley
En la provincia de Santa Fe todavía no existe ninguna legislación. Desde hace unos 3 años, nació la Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe, la OCASTAFE, que agrupa a los representantes de las dos etnias que habitan la provincia: mocoví y toba.
Las asambleas periódicas que llevan a cabo es el ámbito que permite recuperar la memoria histórica para enlazarla con la vida actual. Una vida llena de agravios e injusticias hacia el aborigen con respecto a al propiedad de la tierra, la educación y el menosprecio a la raza. Por esta situación para buscar alternativas de vida más dignas.
El accionar de la organización OCASTAFE posibilita plantear políticas hacia las comunidades. Y una de las iniciativas de esta organización fue la elaboración de un anteproyecto de ley provincial cuyo primer artículo dice:

"Esta ley tiene por objeto el tratamiento integral de la situación social, económica, política, jurídica, colectiva e individual de las comunidades aborígenes de la provincia de Santa Fe, mediante el reconocimiento de sus propia organización, como elemento de autodeterminación, llevando implícito un real respeto a la cultura, a través del acceso a la propiedad de la tierra y la asignación de los recursos necesarios para el mejoramiento de las condiciones de vida en cuanto a salud, vivienda y educación; garantizando su efectiva participación en el que hacer provincial y nacional."

Desde agosto de 1992, este proyecto de ley está en manos de los presidentes de los tres bloques de la Cámara de Senadores, del Vicegobernador y del Gobernador.
Con la fuerza de la Organización
Y en Río Negro tampoco ha sido fácil la sanción de una ley. Luego de muchos tironeos entre los representantes indígenas y el gobierno provincial, fue sancionada la ley provincial.
Para lograrlo fue necesario que la poderosa organización mapuche, el Consejo Asesor Indígena, el CAI, luchara a brazo partido cada punto de la misma.
Los mapuches del CAI reúnen a representantes de 72 parajes distintos, alejados por enormes distancias entre sí. Surgido a partir de la nevada del '84, el CAI es hoy una muestra de lo que puede lograr la organización indígena. Durante el primer gobierno democrático provincial, el CAI colaboró en un primer momento con la elaboración de la ley, pero cuando las autoridades pretendieron modificar el proyecto elaborado en conjunto, el CAI puso una firme resistencia.
Tras la elección de un nuevo gobernador, y tras una serie de grandes movilizaciones, se conformó una comisión legislativa de asuntos indígenas, en la cual intervinieron los representantes de los aborígenes y sus asesores. El proyecto de ley surgido de esa comisión fue festejado por los aborígenes y votado por unanimidad por los legisladores.
Este primer paso fue dado. Sin embargo, la lucha de la organización indígena continúa. Todavía hay que hacer realidad el sueño de la dignidad: recuperar las tierras.
La tierra, una promesa
Salta es la provincia que más etnias diferentes albergan en su territorio provincial. Pese a haber sido la segunda provincia en instrumentar una ley aborigen, Salta presenta la situación más complicada del país en este tema. Graves conflictos entre terratenientes e indígenas parecen abocarse a favor de los primeros. Mientras tanto, el poder político sigue haciendo promesas.
Se hace imposible contar los casos de intentos de desalojar a comunidades aborígenes de las tierras fértiles que desde hace siglos ocupan.
Mientras la ley demora en ser implementada, los alambrados cierran caminos, se meten en territorios indígenas y los derechos aborígenes siguen pisoteados.

En el chaco salteño, en septiembre de 1991, criollos y aborígenes firmaron un Acta Acuerdo con el Gobernador de la provincia para la ubicación de las familias en 75 mil hectáreas de lotes fiscales. Esto forma parte de una iniciativa de Organizaciones no Gubernamentales que presentaron un Plan de Regulación y reordenamiento de tierras fiscales para criollos y aborígenes.

o Otra ley
En Misiones, la cuestión no está menos complicada. En democracia, la provincia de Misiones aprobó la ley más progresista de todas las redactadas en el país. Elaborada por grupos indigenistas y los propios indígenas fue muy bien aceptada por las aldeas mbya. Esta ley fue reglamentada pero nunca fue aplicada. Y lo que es peor, fue derogada echando por el suelo las esperanzas de las aldeas guaraníes. En su lugar fue sancionada la Ley Nº 2727 que tiene además el decreto reglamentario. La población indígena de Misiones no tiene aún suficiente información de la misma como para presentar un pensamiento común en propuestas o posturas. Desde ya se sabe que uno de los aspectos más difíciles de sortear será la tenencia de la tierra y las posibilidades reales de acceso.
La ley también crea la Dirección Provincial de Asuntos Guaraníes, organismo gubernamental encargado de reconocer a las comunidades indígenas como tales, y otorgar la personería jurídica.
LA REFORMA CONSTITUCIONAL

En la última reforma Constitucional se realizaron una serie de correcciones y se incorporaron nuevos derechos respecto a los pueblos aborígenes. De todos ellos, el reconocimiento de la identidad étnica y cultural de los pueblos se ha escrito con la letra del protagonismo popular.
Los derechos indígenas están reconocidos en el artículo 75, inciso 17:
"Corresponde al Congreso Reconocer la preexistencia de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptibles de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones."



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